El Nevado de Cachi encierra una geología espectacular de rocas formadas en el interior de la Tierra y elevadas hoy a gran altura; con restos de las glaciaciones pleistocenas y una riqueza en minerales radiactivos, piedras preciosas y los yacimientos más importantes de niobio y tantalio de la Argentina.
El enorme cordón montañoso que contiene al Nevado de Cachi es el límite natural entre la Cordillera Oriental y la Puna. Alcanza su altura máxima en la cumbre Libertador General San Martín con 6.380 m. Se trata de un bloque tectónico ascendido por grandes fallas durante los movimientos compresivos que dieron lugar a la formación de los Andes.
Los tipos principales de rocas que allí se encuentran son pizarras de origen marino, atravesadas por materiales ígneos de naturaleza plutónica. Todas esas rocas se formaron originalmente entre 500 y 600 millones de años atrás, esto es próximo al límite temporal que divide los tiempos paleozoicos de los precámbricos. Obviamente en una época en que los actuales continentes y océanos no tienen ni la forma ni la distribución que tienen hoy. Para entonces, la región que nos interesa era parte de una profunda cuenca oceánica donde se depositaban sedimentos finos arcillosos.
Durante millones de años se depositó una pila de varios miles de metros de espesor de materiales arcillosos arrastrados mayormente por corrientes de turbidez. Esos océanos estaban aún desprovistos de formas importantes de vida. Sin embargo, algunos gusanos y primitivos artrópodos comenzaban a explorar los sedimentos y dejaban sus huellas fósiles que han permanecido como testimonio de esos seres pretéritos. Se las encuentra al partir las lajas pizarrosas que conservan el registro de dichos acontecimientos marinos de sedimentación antigua. El tema es que esas rocas se fueron hundiendo a grandes profundidades, donde se calentaron y transformaron.
Mientras tanto, en la propia base de la corteza comenzaron a formarse baldosas de un tipo de magma llamado trodhjemítico (por una localidad de Noruega donde se estudió por primera vez). Ese magma ascendió y penetró en las rocas oceánicas a las que cocinó térmicamente y en las cuales se albergó. Al enfriarse eliminó fluidos ricos en elementos raros y valiosos que se inyectaron a su alrededor dando lugar a filones de rocas pegmatíticas. El resultado de rocas que vemos hoy en ese gran nevado son entonces las rocas pizarrosas marinas conocidas técnicamente como formaciones Puncoviscana y La Paya, los granitoides (trondhjemitas) de la Formación Cachi y una gran cantidad de filones de pegmatitas.
Esas rocas que se formaron en el reino de Plutón a una decena de kilómetros de profundidad, fueron ascendidas por los movimientos andinos a más de 6 km de altura. Ello constituye un mensaje de las tremendas fuerzas que actúan en la corteza terrestre a lo largo del tiempo. En el último par de millones de años del período Cuaternario fueron intensamente glaciadas, al punto que hoy ocurren allí los mejores ejemplos de circos y morenas glaciares.
Por su parte la erosión cortó a fondo durante ese tiempo y como resultado se encuentra al pie del Nevado el profundo Valle Calchaquí.
Entre las cosas importantes que rodean al Nevado de Cachi se encuentran los ricos yacimientos de columbita y tantalita, esto es los minerales portadores de niobio y tantalia, que comprenden las principales reservas de Argentina. Hoy estos minerales son conocidos como coltan, y se han convertido en un insumo clave en el tema de la moderna electrónica de celulares y computadoras.
También se encontró bismuto y minerales de uranio. A ello hay que sumar numerosos minerales de litio, fosfatos y una variedad de piedras semipreciosas, incluidas algunas con calidad de gema. En total Galliski ha identificado más de 60 especies minerales, algunas incluso nuevas para la ciencia. El Nevado de Cachi es un lugar espectacular de la geografía salteña, una joya orográfica.
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